Convencionales: son los rines que vienen con el auto desde la producción del mismo, su calidad es variable pues depende de la marca y tipo del auto.

De acero: este material es muy resistente y económico por eso son los más comunes, aunque se caracterizan por ser pesados.

De aluminio: los rines de este material son ligeros y se rompen fácilmente, en comparación con los de acero u otros materiales.

De Magnesio: son costosos porque son más duros y resistentes, sin embargo; son ligeros casi similar a los de aluminio.

Cromados: se caracterizan por su acabado en cromo que hace al metal más brillante.

De Aleación: se forman por la combinación de metales como los de magnesio con aluminio, siendo los más comunes aunque los hay de otras mezclas para tener materiales menos maleables y resistentes.

Consejos para cuidar los rines

• Para quitar toda suciedad, se recomienda usar un removedor a base de gasolina y así quitará las manchas sin esfuerzo.
• Limpia con un trapo o esponja diferente al que usas para limpiar tu auto.
• Nunca uses para limpiarlos líquidos abrasivos, thinner o fibras sintéticas porque les quitará el brillo.
• Espera a que estén fríos para realizar la limpieza.
• No los limpies con vapor porque les quitará el brillo y posteriormente la pintura se irá deteriorando.

• Encera tus rines para protegerlos de cambios de temperatura.
• Mantén las llantas con la presión de aire adecuada para que no se dañe el rin al pasar algún bache.
• No te pegues demasiado a banquetas o paredes al estacionarse porque se rayan.
• Si por un golpe se dobla el rin no intentes enderezarlo tu mismo porque se puede romper, es mejor llevarlo con alguien que pueda hacerlo de forma correcta.
• Utiliza hielos de seguridad para que no se caigan o te los vayan a robar, así te evitarás un mal momento.